lunes, 29 de agosto de 2011

La piel

La gente en Tailandia no es afecta a asolearse y se protege la piel más que en otras regiones del mundo. La costumbre en este país al igual que en otros países asiáticos es evitar que el sol lastime y broncée la piel, por lo que el uso de parasoles, sombreros, prendas de manga larga y sombrillas es usual.

El color oscuro no es el más apetecible y ello conlleva una oferta y consumo de productos cosméticos -nacionales e improtados- que aclara la piel. Existen también varias clínicas especializadas en dermatología y cuidado de la piel.

Desde Bangkok

Artículo/Article

Blancura asiática (29/ago/2011)                                          Publicada:  29 agosto 2011

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Pareciera ser que una de las diferencias entre los erróneamente llamados Occidente y Oriente de nuestro planeta es el culto por asolearse en el primero y el evitarlo en el segundo.

Ya el reconocido escritor brasileño Rubens Fonseca se ha ocupado en varios de sus trabajos (ver "O maior orgão do corpo" y "O mar, a praia e o sol") de describir lo que hasta un poco después de iniciado el siglo XX ocurría en las tórridas ciudades de su país en el sentido de que la gente difícilmente iba a bañarse en el mar y menos aún a tenderse sobre la arena para broncearse con el radiante sol y que las mujeres solían usar sombrillas y los caballeros sombreros de paja. Nadie deseaba vivir frente al mar en Copacabana.

En el Oriente, o mejor dicho, en Asia, la gente no suele asolearse voluntariamente y por gusto; quienes lo hacen es por necesidad de trabajar bajo el inclemente astro rey, ya sea en el campo los jornaleros o quienes en las ciudades trabajan, por ejemplo, en el sector de la construcción, e inclusive estos trabajadores, sean albañiles o peones, suelen vestir camisas o camisetas de manga larga, gorra o sombreros y protección en el cuello y rostro para no "quemarse" con el sol.

La idea es mantenerse lo más claro posible, blancos de preferencia. Quienes genéticamente no lo son intentan aclarar su color con una amplia gama de cosméticos nacionales o importados. En Bangkok, dado sus orígenes étnicos, hay un gran número de personas morenas.Gente de rasgos típicos asiáticos pero de piel oscura a diferencia de la mayoría de los japoneses, chinos o coreanos, que pueden tener la piel muy blanca o amarillenta. El color es una especie de característica que se identifica con lo rural, lo que en esa ciudad tailandesa puede considerarse de menor categoría que ser urbano, algo que suena familiar a ciertos lugares latinoamericanos.

Lo cierto es que, al igual que casi todas las capitales o urbes en el mundo la mayoría de su población proviene, efectivamente, del interior del país. Para aclarar la piel existen en esta región del mundo varios clínicas especializadas y productos que son muy socorridos, en forma de cremas, ungüentos y pomadas que aplicándose cotidiana y constantemente aclaran el color de la piel. Según estudios mercadotécnicos, estos productos abarcan el 35% del total de los cosméticos consumidos en Tailandia, en diversos niveles socioeconómicos. La gama existente en el mercado ofrece productos dirigidos a diversas partes del cuerpo, como los destinados a los pliegues (axilas, ingles y codos) que suelen ser más oscuros. Pero no se crea que son solamente las mujeres quienes consumen este tipo de productos, sino que cada vez más los hombres son proclives a utilizar productos de belleza para mantenerse jóvenes y de ser posible menos oscuros de lo que son.

El cuidado de la piel es una preocupación asiática, no sólo de los tailandeses. La amplia comunidad japonesa que reside en Bangkok da muestras de ello y si bien agradece el clima tropical evita al máximo asolearse. Es común ver en la calle, con un calor de 30 grados o más, a finas damas niponas jóvenes en ligeros vestidos sin mangas, pero que usan mitones con los dedos de fuera que les protegen los brazos del sol y les permiten tener libertad para tomar cualquier cosa. Por supuesto que el sombrero, la sombrilla, vicera o gorra de ala ancha también son parte de la indumentaria diaria de estas japonesas.Otro aspecto de los tailandeses en este tema es, por ejemplo, que al ir a los balnearios en su bello litoral, acostumbran ir a la playa temprano o después de que se pone el sol para disfrutar de la brisa y el mar sin exponerse a los rayos del sol, mientras que los turistas extranjeros se pasan el día bronceando sus pálidos cuerpos y arriesgándose a padecer algún cáncer de piel.


A diferencia de nuestra América Latina donde como dice Fonseca se adoptó una influencia cultural de EE.UU. copiando el "suntanned" para considerarse de la élite lo que indujo a tirar a la basura las sombrillas y los sombreros, en Asia, pese a todo, no ha permeado la costumbre de broncearse sin ton ni son, aunque todavía tampoco es muy bien vista la piel oscura.-H

Tema: Calidad de vida Copyrigth 2011.

2 fotos y texto: Hidalgo

martes, 23 de agosto de 2011

El Buda Esmeralda

Prangs del Monaterio

Corredor exterior del Templo

El Buda Esmeralda es una efigie venerada en Tailandia desde hace siglos y que se aloja en el Monasterio Phra Kaeo dentro del complejo del Gran Palacio en Bangkok. La historia y la tradición le dan una preponderancia a este buda que contrasta con otras representaciones budistas en el sureste asiático.

Esculpido en jade, es una joya del arte escultórico religioso comparable solamente al fervor que le profesan los millones de fieles en este reino.





Demonios del Ramakien, guardan la entrada.






















Artículo/Article

Simbolo de la soberania tailandesa (22/jul/2011)


Un símbolo de la soberanía tailandesa

El Buda Esmeralda, el más reverenciado en el lejano Oriente    Publicada:  22 agosto 2

El tamaño de la efigie no es proporcional a su importancia dado que en el reino se le considera el talismán que otorga la soberanía a la nación desde que fue recuperado de los enemigos y trasladado a tierras de Siam.  Es la imagen de Buda más reverenciada por los tailandeses desde hace más de cinco siglos.

El rey Rama I mandó construir en la nueva capital a orillas del río Chao Phraya el mayor templo budista conocido hasta entonces, superando a los que había en Sukhothai y Ayutthayá, con el propósito de alojar al Buda Esmeralda. Así se estableció en 1782, el Wat Phra Kaeo (o Wat Phra Kaew) un monasterio que forma parte del complejo del Gran Palacio en Bangkok. En sí, cuenta con varios edificios además del que aloja al Buda, entre ellos algunas chedis o estupas, como la gigantesca cúpula dorada (Chide Phra Si Rattana) que contiene -se dice- los restos del esternón de Buda.

El templo está recubierto de incrustaciones de madre perla y resguardan su entrada principal dos leones de piedra de estilo camboyano (singhas).

El Buda Esmeralda se encuentra en lo alto de un altar dorado al que se prohibe tomar fotografías. El monasterio es muy colorido, sobresaliendo el rojo, anaranjado, verde y dorado.

Garudas, detalle en el Phra Kaeo
Otra parte del Phra Kaeo es la galería de frescos que a través de la pintura mural cuenta pasajes del Ramakien, la versión tailandesa del Ramayana, obra épica de la India y cuyos demonios (yakshas) protegen, en pareja de guardia, cada entrada a las galerías, las cuales se encuentran en un corredor techado que rodea el templo a la manera de las construcciones españolas coloniales, en cuyo patio central estaría la edificación donde descansa el famoso y reverenciado Buda Esmeralda y las chides. La efigie del buda mide 65 centímetros de altura y está esculpida en jade, lo que le da el color verde que la caracteriza.


Fue hallada en el siglo XV en Chiang Rai, en el norte del reino y por estar recubierta de estuco se le dio poco valor dejándose al cuidado de un abad, quien con el tiempo descubrió el material original. Otra versión legendaria dice que al trasportar el buda a un lugar seguro tras destruirse la estupa en la que se hallaba, una tormenta sorprendió a la procesión y la fuerte lluvia deshizo el estuco que lo recubría, dejando ver el color verde del jade.

De una u otra forma, cuando el rey se enteró, mandó un batallón militar con elefantes para trasladar la estatua sagrada a la vecina Chiang Mai, pero el paquidermo que la cargaba se negó a recorrer el camino a la capital, lo que fue tomado como un signo sagrado y se le llevó a otra ciudad.Se desconoce dónde y cuándo fue esculpido el Buda Esmeralda y si bien la leyenda cuenta que fue elaborado en la India y a través de Ceilán habría llegado a Siam, lo cierto es que su presencia se registra por primera vez en el siglo XV en el norte de la actual Tailandia. Los estudiosos ubican su estilo artístico en el norteño reino de Lanna, pudiendo haberse modelado en el siglo XIII o XIV.

Los laosianos al tomar Chiang Mai en el siglo XVI se llevaron el buda como botín de guerra y lo mantuvieron hasta que el rey Taksin, 200 años más tarde, venció al ejército enemigo y recuperó el buda llevándolo a su capital, Thon Buri, en las márgenes del río Chao Phraya donde durante 15 años fue alojado en el templo Arún.

Posteriormente Rama I la trasladaría al otro lado del río, a Bangkok, para colocarlo en el templo Phra Kaeo.En la tradición religiosa budista de Tailandia durante el año se celebran ceremonias para cambiar el ropaje del Buda Esmeralda, cuyas prendas dependen de las temporadas de lluvias, de secas y de la considerada fresca o invernal. Es el rey en persona, acompañado de monjes, quien realiza el cambio de túnicas en las que prevalece el color dorado.

El Buda Esmeralda no es el más grande ni la efigie mejor elaborada de los millares que existen en el reino, pero es la representación de Buda más venerada por 60 millones de personas en la sorprendente Tailandia.
H
Chide dorada en el monasterio
Copyright 2011.


Texto y fotos: Hidalgo

lunes, 15 de agosto de 2011

Ayutthayá antigua


Fue una floreciente capital del reino de Siam desde el siglo XIV y gran centro de comercio en el sureste asiático durante los siglos XVII y XVIII. Ayutthayá se localiza...







 

Ayutthaya es una ciudad rodeada de agua proveniente de tres ríos que confluyen en ese punto del antiguo reino de Siam, en la oriental Bangkok  Ver fotos(8)


Ayutthayá llegó a ser un importante centro de comercio 
Publicada:  15 agosto 2011 Diario de Yucatán

Erase una vez un reino en el lejano oriente, en las tropicales tierras de la Cochinchina. Su capital era Ayutthayá, una ciudad rodeada de agua proveniente de tres ríos que confluyen en ese punto del reino de Siam, en la planicie central baja de su territorio. La ciudad estaba trazada con canales que servían para controlar los afluentes y comunicar a sus pobladores de la corte y el pueblo del rey Borommatrailokanat en el siglo XV.

Históricamente, Ayutthayá es la segunda capital del reino de Siam, fundada alrededor de 1350 por Ramathibodi I y que constituyó la sede de la monarquía siamesa al caer Sukhotai. El poder estuvo en Ayutthayá durante el periodo que va de siglo XIV al XVIII y llegó a ser un importante centro de comercio al que arribaron misiones diplomáticas, mercantiles y religiosas europeas, como las de Portugal, Inglaterra, Holanda y Francia. Los jesuitas se asentaron en esta ciudad queriendo cristianizar el reino -la iglesia de San José data del siglo XVIII- y un enviado diplomático siamés fue recibido en la corte del Rey Sol en París.

Fue en el siglo XVI, en el esplendor de Ayutthayá cuando los portugueses, que firmaron un acuerdo comercial con los siameses, introdujeron algo natural de América: el chile. Este sabroso producto mexicano se adoptaría rápida y permanentemente en Siam hasta llegar a ser considerado ingrediente imprescindible de su alimentación. Posteriormente, una nueva dinastía real trasladó la corte un poco más al sur, en la zona que ahora es Bangkok.

La corte se mudó pero Ayutthayá permaneció a través de los siglos, al igual que muchos de sus templos y palacios que en la actualidad constituyen ruinas arqueológicas de gran valor y de las que muchas están bien conservadas para solaz de propios y extraños, lo que hace de esta provincia cercana a la actual capital, un destino turístico obligado que permite conocer uno de los singulares estilos arquitectónicos de la cultura siamesa.

La parte antigua de la histórica isla principal de Ayutthayá aún se alimenta de las aguas de los ríos Chao Phraya -el mismo que atraviesa Bangkok-, Lopburí y Pasak que rodean las escasas calles, dándole un ambiente de lugar sagrado y legendario a la serie de ruinas de varios templos que se pueden visitar en nuestros días pagando un ingreso simbólico. Destacan entre estos sitios el Wat Phra Si Sanphet, el Wat Mahathat y el Wat Ratchaburana.

Es casi poético ver las tres chedis que se destacan en el paisaje ayutayesco y que se localizan en el templo de Phra Si Sanphet, bajo protección del gobierno desde 1927, cuya construcción inició el rey Borommatrailokanat en el siglo XV y que continuó su hijo Ramathibodi II a cuya orden se dice, se erigieron dos de las tres estupas, añadiendo otra más el rey Borommaracha IV. Al lado de este sitio arqueológico hay una basílica budista contemporánea con un gigantesco buda dorado en su interior.

Dentro de las tres cúpulas de ladrillo rojo con remates agudos y que en su época de esplendor eran doradas, se encuentran las cenizas de algunos soberanos de Ayutthayá como Ramathibodi II, Borommaracha III y Borommatrailokanat, de hecho la de este último es la única que permaneció intacta a los ataques y saqueos de los birmanos, tradicionales enemigos que vivían al Norte y ante los que sucumbió la capital en 1767.

Wat Mahathat es uno de los mayores e importantes complejos de edificios sagrados en Ayutthayá, que además de estar bien conservado permite imaginar al visitante la riqueza de la ciudad y la relevancia que se le daba a la religión.

Ahí se encuentras reliquias y restos de innumerables budas de piedra y templos de ladrillo, algunos de los cuales han sido abrazados por las raíces y ramas de gigantescos árboles proyectando imágenes que transmiten armonía y serenidad.

Wat Ratchaburana es otro complejo, separado del de Mahathat por una calle y un muro, pero cuyo distintivo monumento (Prang) de estilo jemer en forma de mazorca sobresale de los otros edificios, apreciándose como una torre sobre las copas de los innumerables árboles que le rodean desde el templo vecino.

La rica ciudad otrora capital del reino de Siam, que recibió enviados de Europa y otros lejanos reinos del mundo conocido hasta entonces, que recibió de México uno de los elementos básicos de su gastronomía -con sello de nacional- y que se ubica en la planicie bañada por el Río de Reyes, haciendo que sus fértiles suelos sean conocidos como "el tazón de arroz" del reino, denotando con ello su riqueza agrícola todavía está ahí, para ser visitada en el país de las sonrisas, a una hora y media de Bangkok.
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Copyright 2011.   Texto y Fotos: Hidalgo

lunes, 8 de agosto de 2011

Día de la madre

La reina Sirikit cumple años el 12 de agosto.

En Tailandia las madres son festejadas el 12 de agosto, fecha en que se conmemora el cumpleaños de la reina quien simboliza lo maternal en este país. Se trata de un día festivo nacional que cuenta con celebraciones en todo el reino.

La reina Sirikit tiene titulo de Reina Regente y es sumamente respetada por el pueblo tailandés. El cariño popular se refleja en diversos altares con retratos de la soberana de diferentes tamaños, casi siempre proporcionales al tamaño del edificio en que se colocan (como en las fotos que aquí se muestran).





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La reina Sirikit, emblema materno. (8/ago/2011)

El 12 de agosto es el día de las madres en Tailandia y al igual que en México, se celebra exactamente en la fecha en que cae, misma que es festiva y no laborable lo que permite las celebraciones familiares en casa, restaurantes y otros lugares en todo el país, además de las oficiales con banderas azules ondeando por doquier.

El origen de tan importante día en el calendario thai es el cumpleaños de la reina Sirikit, la actual soberana de Tailandia, esposa del rey Bhumibol Alduyadej a quien la historia reconoce como el monarca que actualmente ha reinado más años en el mundo y en consecuencia, su consorte también es la que más tiempo ha sido reina de Tailandia. De hecho a la soberana tailandesa se le da el titulo de Reina Regente desde que en 1956 asumió esa posición cuando el joven rey se separó temporalmente de sus actividades de Estado para retirarse a un monasterio -una de las costumbres del budismo en su país- y cumplir el requisito de vivir el completo aprendizaje religioso a que todo budista de sexo masculino debe someterse. La historia nacional registra solamente a una regente previa, la reina Saovabha Bongsri, consorte del famoso rey Chulalongkorn que abrió el reino de Siam al mundo en el siglo XVIII.

La reina es hija del principe Nakkhatra Mangkal y nieta de los principes Kitiyakara Voralaksana y Mom Luang Bua Sanidvongs. Es la tercera de cuatro hermanos de una familia que vivió también en el extranjero porque su padre fue diplomático tailandés. Estados Unidos, el Reino Unido, Dinamarca y Francia fueron algunos países donde residió y fue en este último donde conoció al rey cuando siendo estudiante en Suiza, el joven y futuro soberano realizó una visita a París. Se casaron en abril de 1950, una semana antes de su coronación como el rey Rama IX.
Altar en honor de la soberana en Withayu (Wireless Ave.), Bangkok

La reina Sirikit tiene dotes de escritora, como lo demuestra un libro con memorias de uno de sus viajes a Europa con el rey, y de compositora, habiendo escrito varias canciones. Entre sus labores también están, huelga decir, la promoción de la cultura nacional auspiciando actos de cultura folklórica y tradicional y de bellas artes que traspasan las fronteras del reino. El cine en particular ha sido apoyado por la soberana thai.

La importancia de este día festivo nacional reside en que forma parte de la identidad cultural y cívica de Tailandia,  reino en el que la institución real es altamente respetada y cuyos monarcas son no solamente queridos sino reverenciados. Mucho de ese respeto se ha construido a través de las décadas, de manera personal por los reyes y por sus actitudes frente a sus súbditos, que reflejan soberanos humildes y solidarios. Es muy conocida la serie de proyectos de desarrollo social promovidos y financiados por el Palacio (Royal Projects), supervisados muchos de ellos por miembros de la Familia Real, con el rey y la reina a la cabeza.

En el caso de la reina Sirikit, su labor altruista y de beneficiencia destaca en la atención a la zona sur de Tailandia que cuenta con una población musulmana que contrasta con la mayoría religiosa budista del país. La reina promueve los principios de comprensión, entendimiento y tolerancia que permiten una convivencia social en la población tailandesa. Sus visitas a las provincias del sur han dado resultados positivos que quizá por otros medios hubiera sido difícil obtenerlos, de manera que su función político-diplomática es evidente en beneficio de la cohesión nacional.

El cariño que la población le profesa a la reina se nota en cada rincón del país donde se encuentran hospitales, clínicas, jardines, parques, centros de convenciones, torneos deportivos, ferias y otros eventos y lugares con su nombre.

Monumental retrato de la reina en Thai Wah Tower I, Sathorn, BKK
Es de destacar que desde principios de agosto se colocan en diversos sitios a lo largo y ancho de Tailandia grandes retratos de la reina y la bandera azul con el escudo real en medio que la identifican, en una especie de altares, a los que la población acude para brindarle sus saludos, buenos deseos, salud y bienestar e incluso a pedirle bendiciones, pues gran parte de la población es profundamente religiosa y la consideran más que una soberana. Long live the Queen!H

Copyright 2011

Texto & fotos: HIdalgo

lunes, 1 de agosto de 2011

Río de Reyes

Puente sobre el Chao Phraya
Así se conoce también, sobre todo entre quienes escriben en inglés sobre Tailandia, al Chao Phraya, el río que cruza Bangkok y a cuyas márgenes nació esa capital y otras anteriores.

En "el río de reyes" navegan anualmente las barcas que celebran el cumpleaños del Soberano y en sus aguas han paseado varios de los monarcas de este reino del sudeste asiático. En la ribera del "Gran Duque", como se le podría traducir del tailandés, se ha escrito poemas, cuentos, novelas y más de una pareja se han enamorado..


Navegar en el río es cotidiano en Bangkok
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Vida y esperanza de Tailandia   Publicada:  1 agosto 2011 

Por Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Desde Bangkok
El Maenam Chao Phraya, río creador de grandes ciudades

Grandes zonas pantanosas y manglares con fauna endémica abundante, entre la que destacaban las aves y los peces, era el paisaje que otrora se podía apreciar en la parte central del reino. En parte, la causa eran las torrenciales lluvias que durante la segunda parte del año -la del monzón- caen sobre el territorio tailandés pero la mayor fuente acuática era el gran río.

Con el paso de los siglos esas ciénagas naturales se convirtieron en campos arroceros lo que aportó alimento a los súbditos de Siam e incluso permitió al reino convertirse en uno de los grandes
exportadores del grano básico de Asia.

Posteriormente, y conforme la civilización llegaba, el gran río fue siendo controlado a través de diques, presas y canales que le hicieron ser menos temido pero todavía respetado, pues de vez en vez la naturaleza cobra lo que la mano del hombre construye o destruye. Así, en sus márgenes se construyeron por lo menos dos ciudades que han sido capitales del reino.

El Maenam Chao Phraya es un río espectacular que a lo largo de 372 km desde el norte del país va irrigando vida y esperanzas.  Su origen está en el norte, en la provincia de Nakhon Sawan, donde confluyen los ríos Ping y Nan para formar el majestuoso "Gran Duque", traducción del nombre en tailandés.

A partir de ahí, corre hacia el sur, atravesando las grandes planicies centrales, pasando por Bangkok hasta desembocar, un poco más de 35 km después en el Golfo de Tailandia, en la provincia de Samut Sakhon, tras haberse dividido y formar el río paralelo Tha Chin.

El Chao Phraya es el corazón del país, referencia obligada para el local y el foráneo. El que calma la sed, refresca el calor, riega los cultivos y transporta pasajeros y mercancías.

Es el alma de la Tailandia central y sin duda una de las imágenes de Bangkok, de donde salen y entran canales, grandes y pequeños, navegables algunos y sucios otros, lo que le valió que algunos europeos en siglos pasados le llamaran a la capital siamesa "la Venecia de Oriente",
título simplón y exagerado que sin embargo describía de alguna manera a la ciudad y la abundancia de agua además del uso de canales más que de calles para desplazarse en botes y barcas de época. Varios puentes cruzan el río y le dan personalidad propia, sobre todo en la capital del país.

El Phra Pin-klao, cerca del Gran Palacio, el Megapuente en las inmediaciones de Ring Road y los que llevan nombres de reyes como el Rama VI construido en hierro para el cruce de ferrocarriles, el Rama VIII, colgante con su torre y el Rama IX puente también colgante y semisimétrico con dos torres que soportan los largos y tensos cables. Todos ellos son referencias de localización en la urbe y de utilidad cotidiana.

El tránsito de la capital, por otra parte, podría ser mas caótica si no fuera porque el Chao Phraya facilita el transporte de miles de personas y toneladas de carga, para lo que existen redes de botes, barcas y ferries que funcionan como taxis, autobuses o camiones acuáticos.  Los famosos "colas largas" (Longtails) son de los más representativos.

En su devenir el manto acuífero del río se retroalimenta de al menos seis cuencas hídricas que mantienen su nivel permanentemente. Los ecologistas han hecho algo y existe un área protegida de humedales y bosques pantanosos del Chao Phraya, ecoregión tropical y subtropical que abarca una zona de 400 km de largo por 180 de ancho. El resto sucumbió a la civilización y el desarrollo urbano o agrícola.

El Parque Nacional Khao Sam Roi Yot constituye una muestra casi original del paisaje original del pantano tailandés. Es el Chao Phraya, una arteria vital de Tailandia y en particular de su capital. Ya no es posible ver en las inmediaciones del río los venados, elefantes, rinocerontes de Java ni tigres de antaño y el número de las aves y peces se redujo sobre todo en la zona metropolitana, pero ello no disminuye la importancia del "Gran Duque", siempre al servicio y beneficio de sus súbditos.H

Rascacileos en las márgenes del Chao Phraya

Copyright 2011
Texto y fotos: Hidalgo