lunes, 6 de febrero de 2012

El rey y la lluvia

Desde Bangkok      
…E hizo llover   Publicada:  6 febrero 2012


En la década de los años 60 una buena parte del territorio de un tropical reino de Asia padecía una intensa sequia. Como en los cuentos, ante la difícil situación de su pueblo, el rey decidió hacer algo. Buscó soluciones en la corte, reunió consejeros y políticos, científicos y profesores. El mismo monarca se dio a la tarea de encontrar una solución para no ver sufrir a sus súbditos.

El rey Bumipon Abduladei siempre ha estado muy cerca de los cultivos y de los campesinos. Gracias a los estudios en agronomía que realizó cuando estudiaba en Suiza, pudo entender el problema y realizar pruebas con el apoyo de un grupo de expertos químicos, físicos, meteorólogos y agrónomos. Su idea se basó en lo que había visto en algunos pueblos de su reino. Cuando no llovía, los campesinos solían lanzar cohetes y en algunas ocasiones el agua se precipitaba del cielo. Era una reacción química provocada artificialmente que se mezclaba con la superstición popular. Otras veces, se hacia una procesión con gatos, porque eso coadyuvaba a que lloviese, según la creencia de la gente.

Al soberano se le ocurrió que debía estimularse químicamente la lluvia a través de “bombardeos” de alguna sustancia química a las nubes y después de varias pruebas, en 1969 consiguió hacer que con el apoyo de aeroplanos que lanzaban yoduro de plata (Agl) a las pocas nubes del cielo tailandés se provocara la ansiosamente esperada lluvia. Así nació la técnica real del “Super Sandwich”, misma que fue patentada y ha servido no solamente a Tailandia sino a otros países. Se trata simplemente de identificar y “sembrar” con aviones las nubes calientes y frías que se encuentran respectivamente a diferentes altitudes y que en reacción produce una condensación del agua, misma que posteriormente también se estimula químicamente para que se precipite.

La “tecnología real de hacer llover”, como se le conoce también a este método ha funcionado exitosamente desde fines de los años 60 y en 1971 el gobierno central estableció, a través del Ministerio de Agricultura y Cooperativas, el Proyecto de Investigación y Desarrollo de Lluvia Artificial, el cual desde entonces ha recibido más apoyo y recursos, haciendo que Tailandia se haya convertido en referencia mundial en la materia. Asimismo, el invento le ha valido al rey de Tailandia premios y menciones honorificas como el Eureka 2001 de Bruselas.

El proyecto del rey tailandés se registró también en la Organización Meteorológica Mundial en 1982. Desde entonces el modelo ha sido seguido en varios países asiáticos, que han recibido asistencia técnica de Tailandia, entre los que se pueden mencionar a Bangladesh, China, Malasia, Filipinas, Indonesia, Singapur, Sri Lanka. Países de otras regiones, como Jordania, también han solicitado la cooperación tailandesa y expertos de Estados Unidos han colaborado con los tailandeses para mejorar la técnica, misma que a través de los años ha tenido progresos sustantivos. Conjuntamente, de 1988 a 1999, se desarrolló el Programa de Investigación Aplicada de Recursos Atmosféricos.

Es un hecho que los desastres naturales afectan cada vez más al mundo. Inundaciones, terremotos, tornados, avalanchas, huracanes y sequias, son entre otras cosas amenazas que la población resiente de una u otra forma. La situación no parece que vaya a mejorar, según se pronostica por los innegables efectos del cambio climático que cada vez es más urgente enfrentar de manera coordinada y mundial. La ONU está en ello y es un tema prioritario para México.

En todas partes existe la posibilidad de hacer que llueva donde hay sequia y que se eviten las inundaciones donde hay agua en exceso, es cuestión de organizarse, poner  atención para prever y de cooperar. Tomar de Tailandia la iniciativa de establecer una institución como la Oficina de la Real Aviación Agrícola y Lluvia Artificial no es mala idea en una época de vaivenes meteorológicos y climáticos o de aprovechar esquemas de cooperación sur-sur.
En 2005, de las 76 provincias en que se divide Tailandia, casi 70 no habían tenido lluvias, lo que para un país eminentemente agrícola era una catástrofe. Se calcula que las pérdidas económicas alcanzaron los 360 millones de dólares incluyendo daños directos a los cultivos y costos de la inversión gubernamental para mitigar los perjuicios a la población. Ante esa dramática situación, el monarca envió 17 pequeñas aeronaves desde más de 20 puntos en el país para “sembrar” las nubes del cielo tailandés con yoduro de plata… e hizo llover, nuevamente sobre su reino, haciendo reverdecer valles y montañas.H

Copyright 2012.   Texto: Hidalgo

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