lunes, 5 de marzo de 2012

Proteger elefantes

Desde Bangkok

Proteger a los elefantes  Publicada:  5 marzo 2012
Jorge Luis Hidalgo Castellanos


Un símbolo sagrado, eso es lo que ha sido tradicionalmente el elefante en Tailandia. El paquidermo del género Elephas, sin embargo, ha visto que su cantidad ha disminuido desde los tiempos en que deambulaba libremente en manadas por las selvas de la Indochina y la Cochinchina. Los elefantes, son en efecto no solamente exclusivos del antiguo reino de Siam, sino que también lo son de lo que ahora es territorio de Camboya, Laos y Myanmar, en esta parte del continente asiático, por mencionar a algunos países vecinos de Tailandia. Todos presentan en su cultura a los graciosos mastodontes que tan útiles han sido a sus poblaciones a lo largo de la historia.

Varios factores han contribuido a diezmar a la otrora gran cantidad de elefantes en esta parte del sureste asiático. Entre los principales están el comercio ilícito de marfil e incluso la carne del paquidermo. Los grandes colmillos del elefante son muy preciados entre los artesanos y coleccionistas de marfil en el mundo. Los tailandeses, por cierto, se cuentan entre quienes mejor labran este precioso material de color blanco-amarillento que en este país se comercia, dependiendo de su procedencia, lícitamente.

Por otro lado, en el comercio ilegal del marfil, toneladas de colmillos son traficados en el planeta, procedente de África y Asia. Un gran parte de este preciado material natural ingresa de forma indebida a territorio tailandés, proveniente de otros países y continentes para ser labrados por las mágicas manos artesanales del otrora reino siamés.

No obstante, dado que este gran mamífero ocupa un lugar especial en la cultura nacional, en Tailandia existen lugares y grupos que preservan a los elefantes y al marfil. Entre ellos se destaca el Santuario de Vida Silvestre Salakphra (Salakphra Wildlife Sanctuary), parque ubicado a sólo 160 km de Bangkok, declarado como reserva en 1965 y en cuya área de 858.53 km², que abarca 4 distritos (Muang, Seesawat, Bor Ploy y Nong Prue) en la provincia de Kanchanaburi, existen alrededor de 200 de cerca de 3 mil elefantes que viven actualmente en estado salvaje en Tailandia.

De acuerdo con la ley de Tailandia, existen dos categorías de elefantes: a). Los domesticados, que deben estar registrados y cuyos colmillos pueden comercializarse legalmente, siempre y cuando sea dentro de Tailandia;  y b). Elefantes silvestres o salvajes totalmente protegidos por la Ley de Preservación y Protección de Animales Silvestres. La explotación de este tipo de mastodontes está prohibida, incluyendo su comercio y el de sus derivados. No pueden venderse nacional o internacionalmente como tampoco su marfil. Sobra decir que comerciar en este reino con el elefante africano (Loxodonta africana) está prohibido. Si bien, como se ha dicho ya, existe un mercado lícito de marfil en Tailandia, los extranjeros que pretenden sacar de su territorio algún colmillo o producto de marfil estarán realizando una actividad delictiva, conforme el primer inciso mencionado de la legislación local.

De destacarse en su atención, está el Centro de Conservación del Elefante Tailandés (TECC, por sus siglas en inglés), un programa establecido en 1993 bajo los auspicios del rey de Tailandia en una zona de Chiang Mai, en el norte del país.  En el centro viven un poco más de 50 elefantes asiáticos los cuales son cuidados y entrenados para trabajar en los bosques. De ellos, media docena son paquidermos del soberano, parte del grupo de 10 elefantes blancos que originalmente se concentraban en los establos reales de Bangkok.

El proyecto real promueve el cariño y cuidado de este tipo de animales, con actividades en las que los visitantes participan de diversas maneras: montándolos en recorridos por la jungla, bañándolos o simplemente observándolos. El TECC cuenta con un hospital veterinario, especializado, incluso con una clínica móvil, que atiende medicamente a los elefantes del propio centro y de otros lugares, de forma gratuita.

 Otro de los programas del TECC es su laboratorio de investigación y reproducción, donde además de la procreación natural, cuenta con técnicas de inseminación artificial y estudios de biomecánica. La tasa de natalidad en este especial criadero de elefantes presenta un promedio de dos nacimientos por año, un índice alto si se considera el periodo de gestación de los elefantes.

Finalmente debe decirse que en este centro opera también el Instituto Nacional de Elefantes, lugar de aprendizaje, investigación y desarrollo de estos grandes mamíferos con el fin de ayudar a los miles de elefantes domesticados del reino de Tailandia.H

 Copyright 2012

Texto y fotos: Hidalgo

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