lunes, 18 de junio de 2012

Títeres de Siam


Los títeres de Joe Louis, de gran valor artístico en Tailandia

Publicada: Lunes, 18 de junio de 2012 3:00 am   Diario de Yucatán |  Imagen

 Jorge Luis Hidalgo Castellanos

El muñeco se endereza y saluda con un wai tradicional -ambas manos en el pecho-, una de las más bonitas costumbres de Tailandia. Es blanco, tiene el torso desnudo y viste un pantalón siamés dorado, con pliegues y adornos con motivos folklóricos. Lleva, sin embargo, una hombrera bordada con hilo de oro, rígida, con terminaciones puntiagudas y levantadas al final de cada hombro, semejando una pagoda, que se prolonga también en el pecho del títere, en forma de triángulo. En la cabeza, un tocado típico del reino, también refulgentemente dorado y terminado en una punta, como las chedis o torres de los templos budistas. Sus larguísimas uñas acentúan el movimiento cadencioso de las manos, dibujando círculos y espirales en el aire. Su figura brilla en el escenario, cuyo fondo oscuro la destaca al mismo tiempo que oculta a quien la maneja y está detrás de la marioneta. 


Entre sus tradiciones artísticas, Tailandia cuenta desde hace siglos con una escuela de marionetas (Hun Thai) que con altibajos ha subsistido a lo largo del tiempo. Existen referencias históricas que indican que en el siglo XVII se presentaban espectáculos con títeres en la corte de Ayutthayá, como lo describe un enviado del rey francés en 1685 y lo confirma un escrito de otro diplomático de Luis XIV en 1707, cuando asistió a una interpretación de marionetas en palacios del rey Narai.

 Existen varios tipos de títeres o marionetas en Tailandia, de diferentes tamaños y la mayoría fabricados de forma artesanal con madera, bambú, papel maché y tela: Hun Krabok, Hun Luang, Hun Yai y Nang Talung (de sombras) —algo también relacionado con el llamado “teatro negro” de Praga—, son tipos de fantoches junto al Hun Lakorn Lek, cuya diferencia con el Hun Yai es la manera en que los titiriteros los manipulan. Este tipo de figurillas fue creado hace más de 100 años por el maestro Krea Sapthawanich, logrando que sus muñecos realicen casi todos los movimientos de un cuerpo humano. Su arte, sin embargo, declinó y casi desapareció hasta que sus enseñanzas y método fueron rescatadas después de la Segunda Guerra Mundial por Sakorn Yangkhiawsod, mejor conocido como Joe Louis.

Joe Louis, quien toma su nombre de una mala pronunciación de Liew, su sobrenombre en tailandés, y del famoso boxeador norteamericano, ganó el Premio al Artista Nacional en 1996. Al tiempo que heredó algunos títeres del maestro Krea, innovó la técnica, que caracteriza a su compañía, cada títere es operado por tres personas para mover las piernas, brazos y cabeza. Estos intérpretes, normalmente vestidos en color negro son expertos bailarines de la danza tradicional Khon, que suele utilizar máscaras y representar a los diversos personajes del Ramakien, el Ramayana tailandés.

Las representaciones del Hun Lakorn Lek son un espectáculo de títeres que bailan con música tradicional thai, en el que los titiriteros ejecutan movimientos similares a los de las marionetas que manipulan. Un ballet.

Actualmente, el Teatro de Títeres Tradicionales de Tailandia de la compañía de Joe Luis es el más conocido en el mundo, entre otras cosas porque su calidad le ha hecho ser invitado a diversos países e incluso ha ganado premios en los mejores festivales internacionales como el de la República Checa, donde Nattayasala Hun Lakorn Lek, como se conoce a la troupe de Joe Louis, obtuvo el Premio a la Mejor Interpretación Tradicional del 10o. Festival Mundial de Arte Titiritera en 2006, en Praga. En esa misma ciudad europea, dos años más tarde y compitiendo contra 25 compañías provenientes de 17 países, los tailandeses ganaron el Premio a la Mejor Interpretación con la puesta en escena de “El Nacimiento de Ganesha”.


La compañía de Teatro de Títeres Tradicionales de Tailandia de Joe Louis fue bautizada así en 2004 por la Princesa Galyani Vadhana, quien patrocina la fundación que se estableció al efecto. Ofrece su espectáculo en Bangkok cotidianamente y en actos especiales o en el extranjero.

Nora, el títere blanco, es de tamaño humano y lo maneja una persona vestida de negro, quien colocada atrás mueve dos bastones que unen sus manos con las de la marioneta, de manera que cada movimiento de Nora es acompañado armoniosamente por el maestro, en un ballet a dúo, suave y rítmico que interpreta una leyenda del sur de Tailandia.
Súbitamente, en medio del escenario iluminado, Nora se detiene, voltea la cara a uno y otro lado, dobla los largos dedos de ambas manos hacia arriba al compás de la música y sonríe, al igual que quien la manipula.H


Copyright 2012.  Texto: Hidalgo

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