lunes, 8 de abril de 2013

Empresaria excepcional

Desde Bangkok


Publicado: Lunes, 8 de abril de 2013 - 3:00 am En: Calidad de vidaImagen, en el Diario de Yucatán

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Faustina es una mujer fuerte, como la mayoría de las mujeres mexicanas. Bueno, en realidad es menuda y frágil físicamente, pero con una actitud resuelta, una lealtad a toda prueba y un espíritu indomable; como casi todas las mujeres. Es sonorense y vive en Bangkok desde hace más de treinta años.


Todo comenzó del otro lado, en Douglas, Arizona donde estudiaba en el Cochise College. Faustina conoció a un apuesto joven tailandés que becado había cruzado el gran charco Pacífico para mejorar su inglés y estudiar fotografía. Contrajeron matrimonio y se trasladaron a Bangkok al finalizar sus estudios universitarios. Ella no hablaba tailandés y por su parte, casi nadie a su alrededor conocía el español o el inglés. Su segundo reto fue aprender el idioma local, después del más duro: haber dejado su tierra norteña, árida y fría en el invierno, a miles de kilómetros y echar de menos los tamales, las coyotas y las tortillas de harina.

Pocos años después, ya con un hijo y con poco dinero, pensó que si era capaz de hacerse sus tortillas de harina en casa, bien podría venderlas a los mexicanos que conocía y quizá a uno que otro restaurante de comida tex-mex en la capital tailandesa. En ese tiempo Tailandia aún estaba lejos de ser la cosmopolita metrópolis que es actualmente y era casi imposible encontrar productos extranjeros o comida tipo mexicano. Esa era una oportunidad, tan grande como los ojos de esta mexicana que decidió que se las arreglaría para hacer tortillas, tacos, salsas y tamales en Bangkok. Faustina inició entonces, con un rodillo de madera, lo que más tarde sería su negocio.

Los productos de harina no representaban mayor problema, pero los de maíz realmente no funcionaban. El grano era amarillo y no blanco, lo que no era realmente una complicación, pero era casi imposible hacer el nixtamal. Probó con harina de maíz local, pero lo que servía para preparar la polenta italiana no era lo que necesitaba para sus tortillas. Así, tras experimentar con varias fórmulas, métodos e ingredientes consiguió elaborar las primeras tortillas de maíz con mucho esfuerzo, sobradas esperanzas y una tortilladora manual de madera que se había traído de México.

Con el paso del tiempo la marca El Charro Thai-Mex se hizo, poco a poco, de una amplia lista de productos elaborados localmente que van desde las tortillas de harina “Home-Made Sonora Style” de diversos tamaños y de maíz que se venden refrigeradas hasta los burritos –de res, puerco o frijoles- y tamales, pasando por buñuelos, totopitos y salsas rojas y verdes. Muchos de ellos se elaboran con maquinaria mexicana que Faustina se ha empeñado en importar orgullosamente desde su país, aunque de vez en cuando le hagan pasar malos ratos con el servicio técnico, la garantía, los envíos y en general aspectos necesarios para la exportación.

Los productos El Charro se venden en los principales supermercados de Tailandia y directamente por la empresa de Faustina en el barrio de Ladprao que conjuntamente con su esposo administra y que de su cocina pasó a un local en la parte trasera de su modesta casa, hasta tener la actual fábrica que emplea a unas decenas de trabajadores que lo mismo elaboran los productos para distribución nacional como para el servicio a domicilio y “catering” que suele ofrecer. Su esposo también regenta Que chido!, el restaurante que abrieron en 2012 para su hijos.

Faustina, quien nunca para ni deja de pensar, pese a las vicisitudes, ya tiene en mente la exportación a países vecinos en Asia.

El Charro existe en Tailandia gracias a Faustina, a su voluntad, perseverancia y trabajo. Es, afortunadamente, un caso empresarial exitoso que podría ser tomado en cuenta por quienes desean hacer negocios en Asia o en cualquier parte del mundo. Lo mexicano debe ser reconocido por su calidad, sea producido aquí, en China o en la Cochinchina, para no defraudar a los consumidores y el nombre de México. Atrevámonos a ser todos como Faustina.H

Copyright 2013   Texto & Fotos:  Hidalgo

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